domingo, 25 de noviembre de 2012

¡Viva Cristo Rey!






¡VIVA CRISTO REY!

CORAZÓN SACRATÍSIMO del Rey pacífico: radiantes de júbilo como fieles vasallos, venimos hoy a postrarnos al pie del trono que te ha erigido y consagrado nuestra piedad; gozosos te proclamamos a la faz del mundo Rey inmortal de la Nación Mexicana, al acatar tu soberanía sobre todos los pueblos.

Queremos coronar tu frente ¡oh Cristo Rey! con una diadema de corazones mexicanos y poner en tu mano el cetro de un poder absoluto para que rijas y gobiernes a tu pueblo amado. Eres Rey como afirmaste en tu Pasión, porque eres el Hijo de Dios. Por tanto, ¡oh Monarca amabilísimo! este pueblo tuyo que tiene hambre y sed de justicia, que se ampara en tu celestial realeza, te promete entronizar tu Corazón en todos sus hogares pobres o ricos y rendirte el homenaje que mereces reconociendo tus derechos santísimos sobre todo el orbe.

Todos ¡oh Cristo!, con ardiente júbilo te juramos fidelidad como nobles y generosos vasallos. Habla, pues; manda, reclama y exige con imperio; pídenos la sangre y la vida, que son tuyas, porque totalmente te pertenecemos y resueltos estamos a dártela por defender tu bandera hasta que triunfe y sea exaltado, reverenciado y amado para siempre tu herido Corazón.

Ya reina en México tu Corazón Divino; y, desde la santa montaña consagrada a Ti, enjugará las lágrimas, restañará la sangre, curará las heridas de esta República conquistada por María de Guadalupe. Tú dominarás en ella con el cetro suavísimo de tu misericordia; y en la paz como en la guerra, en la agitación como en la tranquilidad, nos veras con benignos ojos y extenderás tus benditas y poderosas manos para bendecirnos. Y nosotros, como todas las generaciones futuras, te aclamaremos siempre por nuestro Rey y Salvador.

Derrite con el fuego de tu divino pecho, Jesús Misericordioso, el hielo de las almas; establece tu dominio en todos los pueblos de nuestra patria e introduce tu caridad a las cárceles, a los hospitales, a las escuelas, a los talleres; haz un trono para Ti en cada corazón mexicano, porque los Pastores y las ovejas, los padres y los hijos nos gloriamos de ser tuyos. Danos, por fin, una santa muerte, sepultándonos en la herida preciosa de tu Corazón de amor, para resucitar en los esplendores del cielo, cantando eternamente.

Corazón Santo,
Tú reinas ya;
México tuyo,
Siempre será.

¡VIVA CRISTO REY!
En mi corazón, en mi casa y en mi patria.
¡VIVA CRISTO REY!
En mi corazón, en mi casa y en mi patria.
¡VIVA CRISTO REY!
En mi corazón, en mi casa y en mi patria.

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Adaptación del Acto de Proclamación del Sagrado Corazón de Jesús como Rey de México, y juramento de vasallaje y fidelidad. (Ritual de la Adoración Nocturna Mexicana)

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