martes, 25 de diciembre de 2012

Donde nace el Señor...

Ese censo del mundo en el momento mismo del nacimiento del Señor no significa otra cosa sino que está naciendo en la carne aquel que inscribirá a sus elegidos en la eternidad. Por lo contrario, el Profecta dice con oprobio: Sean borrados del libro de los vivos, no sean inscritos con los justos. Y el Señor nace precisamente en Belén: porque Belén significa casa del pan. En efecto, él es quien dice: yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. Por lo tanto, el lugar donde nace el Señor, ya desde antes de que naciera se llamaba casa del pan, porque debía manifestarse ahí en la carne aquel que saciaría a los elegidos con alimento espiritual. Él no nació en su casa sino en el camino, para dar a entender que él, al asumir la naturaleza humana, nacía con una investidura que no era la de él. No era la suya, porque se entiende que siendo Dios, su naturaleza propia era la divina. La naturaleza humana le pertenecía, porque Dios es dueño de todo, y por ello está escrito: Vino a su casa.

Gregorio Magno, Homilías, 1, 8

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Marco Pappalardo.


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