viernes, 18 de abril de 2014

Semana Santa 2014: Misa Crismal



«Dios toma dones de la creación a su servicio y los convierte en instrumentos del encuentro de él con nosotros y del encuentro entre nosotros mismos.
Son cuatro elementos de la creación con los que se construye el cosmos de los sacramentos. Estos elementos son el agua, el pan de trigo, el vino y el aceite de oliva.
El agua es el elemento básico de toda vida. Es el signo esencial del acto por el que nos convertimos en cristianos el día de nuestro bautismo, alcanzando así una vida nueva.
Mientras que el agua por lo general es elemento vital y representa el acceso común de todos al nuevo nacimiento como cristianos, los otros tres elementos pertenecen a la cultura del ambiente mediterráneo y nos remiten así al ambiente histórico en el que se desarrolló el cristianismo, en el que vivió Cristo y fue asimilando estas formas de vida. Dios ha actuado en un lugar determinado del planeta, ha hecho historia con los hombres de una zona y, a través de ellos, con toda la humanidad.
Estos tres elementos son, por una parte, dones de la creación; dones importantes para nuestra vida; pero, por otra, están relacionados también con lugares de la historia que Dios elige al hacerse uno con nosotros.
El pan remite a la vida de todos los días. Es el don fundamental de la vida diaria.
El vino evoca la fiesta, la exquisitez de la creación y al mismo tiempo con él se puede expresar la alegría de los que nos sabemos redimidos.
Por su parte el aceite de oliva tiene un amplio significado: es alimento, pero también es medicina; es un instrumento que puede embellecer, pero también puede preparar para la lucha al dar vigor. Los reyes y sacerdotes son ungidos con el óleo, signo de dignidad, pero también de responsabilidad y de la fuerza que procede de Dios.
El misterio del aceite está presente en nuestro nombre de cristianos. La palabra "Cristianos", con la que se designa o se designaba a los discípulos de Cristo ya desde el comienzo de la Iglesia y que procedía del paganismo, viene precisamente de la palabra "Crisma", que es la traducción griega de la palabra "Mesías", que significa "Ungido".
Cristiano quiere decir alguien que procede de Cristo, que pertenece a Cristo, que es el ungido de Dios, aquel a quien Dios ha dado la realeza y el sacerdocio que todos tenemos desde el bautismo, significa pertenecer a aquel que Dios mismo ha ungido, pero no con aceite material, sino con aquel al que el óleo representa, es decir: ungido por el Espíritu Santo.
El aceite de oliva es de un modo singular símbolo de cómo el hombre Jesús está totalmente colmado del Espíritu Santo. »
Fragmento de la Homilía de Mons. Juan Navarro Castellanos VI Obispo de Túxpan.
Miércoles Santo. Misa Crismal.












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