La Misa Crismal es la celebración en la que se
consagra el Santo Crisma y son bendecidos los óleos de los catecúmenos y de los enfermos. Es presidida por el Obispo en concelebración con los presbíteros de la diócesis. Aunque ordinariamente se celebra el Jueves Santo, por motivos pastorales (largos tiempos de traslado desde las distintas parroquias, principalmente) en algunas diócesis se celebra otro día de la semana santa, previo al Triduo Pascual, generalmente el miércoles o martes.
Ya he comentado antes que a mí, en lo personal, me da mucha alegría asistir a esta celebración y contemplar en directo a una Iglesia viva y en continua peregrinación hacia Cristo. Se viven momentos muy especiales, como la renovación de los votos sacerdotales del presbiterio en pleno y, por supuesto, la bendición de los Óleos y, ya casi al final, la entrega de los mismos a los representantes de cada parroquia; también se puede saludar a quienes viven lejos (tanto sacerdotes como laicos comprometidos) y que han viajado expresamente para la ocasión. El ambiente es alegre, festivo, de expectación por los días que se avecinan y envuelto ya en esa especial sacralidad a que obliga la importancia de lo que se está celebrando y se celebrará.
Les dejo algunas fotos y, al final, el audio con la homilía completa de Mons. Juan Navarro Castellanos.
Llegada de los representantes de las diferentes parroquias de la Diócesis.
Encuentro. Saludos. Alegría
Procesión de entrada.
Lecturas
Procesión con los Óleos para bendecir.
Bendición de los Santos Óleos
Renovación de los votos sacerdotales ante el Obispo.
Algunos de los Presbíteros de la diócesis.
Representantes de las parroquias, formados para recibir los Óleos sagrados.
Entrega de los Santos Óleos a los representantes de las diferentes parroquias.
Despedida.
Homilía
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