domingo, 24 de mayo de 2015

Pentecostés

El día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar. De repente se oyó un gran ruido que venía del cielo, como cuando sopla un viento fuerte, que resonó por toda la casa donde se encontraban. Entonces aparecieron lenguas de fuego, que se distribuyeron y se posaron sobre ellos; se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los inducía a expresarse. (Hch 2, 1-4)


CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Oh divino Espíritu Santo, Amor eterno del Padre y del Hijo, te adoro, te doy gracias, te amo y te pido perdón por todas las veces que te he contristado en mi y en mi prójimo.
Desciende con abundancia de gracias en las sagradas ordenaciones de los obispos y sacerdotes; en las consagraciones de los religiosos y religiosas; en las confirmaciones de todos los fieles y en cada uno por los que he pedido e intercedido en esta oración: se luz, santidad y celo.
A ti, santo Espíritu de Verdad, consagro mi mente, mi fantasía, mi memoria; ilumíname. Haz que conozca a Jesucristo, nuestro Maestro, y comprenda su Evangelio y la doctrina de la santa iglesia.
Aumenta en mi el don de sabiduría, de ciencia, de inteligencia y de consejo.
A ti, Espíritu Santificador, consagro mi voluntad: guíame para hacer lo que te agrada, dame fuerza para cumplir con los mandamientos y mis deberes. Concédeme el don de fortaleza y el santo temor de Dios.
A ti, Espíritu vivificador, consagro mi corazón: protege y aumenta en mi la gracia divina. Concédeme el don de piedad. Amen.

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"Dios es Amor" (1 Jn 4, 8. 16) y el Amor que es el primer don, contiene todos los demás. Este amor "Dios lo ha derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado" (Rm 5, 5).


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