Oh, Hostia Santa, Tú estás encerrada para mí
en un cáliz de oro,
para que en la grande selva del exilio
yo camine pura, inmaculada, intacta,
y que lo haga el poder de Tu amor.
para que en la grande selva del exilio
yo camine pura, inmaculada, intacta,
y que lo haga el poder de Tu amor.
Oh, Hostia Santa, habita en mi alma,
purísimo Amor de mi corazón:
que Tu luz disipe las tinieblas;
Tú no niegas la gracia a un corazón humilde.
purísimo Amor de mi corazón:
que Tu luz disipe las tinieblas;
Tú no niegas la gracia a un corazón humilde.
Oh, Hostia Santa, Delicia del Paraíso,
aunque ocultas Tu belleza
y Te presentas a mí en una miga de pan,
la fuerte fe desgarra este velo.
aunque ocultas Tu belleza
y Te presentas a mí en una miga de pan,
la fuerte fe desgarra este velo.
"La Divina Misericordia en mi Alma"
Santa Faustina Kowalska.
Diario, 159
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