miércoles, 8 de junio de 2011

Mansedumbre

Ser manso no significa ser menso. No significa complicidad con la injusticia o el mal, ni aceptación pasiva o resignación tímida. Consiste en la paciencia ante las agresiones. No significa debilidad. Al contrario, se requiere fortaleza y dominio de sí para practicarla. Jesús se pone como modelo: «Aprendan de Mí que son manso y humilde de corazón» (Mt 11, 29).


FUENTE: Semilla Eucarística. Año 103. No. 1

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